A mediados de
los años 50 se crea el Museo de América con la idea de traer a la Universidad Complutense
de Madrid las colecciones que formaban parte del museo de antropología y arqueología
de América.
En 1892, con el
cuarto centenario del Descubrimiento de América, se crea una exposición internacional
de arqueología, historia, arte… en la que se exponen los fondos existentes americanos.
Al finalizar dicha exposición se montó el museo tal y como está actualmente.
En la primera planta del Museo de América encontramos la sala denominada “El Conocimiento de América” donde hay cerámicas con motivos animales o formas humanas. Muchos de estos elementos se descubren en los siglos XVI y XVII de forma que se puede considerar que los españoles somos los inventores de la antropología gracias a los descubrimientos. Ejemplos claros de ello son obras de Felipe Huamán Poma de Ayala con dibujos que explican cómo vestían las tribus indígenas. Posteriormente, en el siglo XVIII, gracias a las expediciones, hay una concepción que hace que las cerámicas lleguen a España en relación con el Gabinete Científico. En el caso del Caribe hay piezas que proceden de Puerto Rico, piezas llamadas trigonolitos de la cultura taína de la que solo se conservan restos materiales.
En la primera planta del Museo de América encontramos la sala denominada “El Conocimiento de América” donde hay cerámicas con motivos animales o formas humanas. Muchos de estos elementos se descubren en los siglos XVI y XVII de forma que se puede considerar que los españoles somos los inventores de la antropología gracias a los descubrimientos. Ejemplos claros de ello son obras de Felipe Huamán Poma de Ayala con dibujos que explican cómo vestían las tribus indígenas. Posteriormente, en el siglo XVIII, gracias a las expediciones, hay una concepción que hace que las cerámicas lleguen a España en relación con el Gabinete Científico. En el caso del Caribe hay piezas que proceden de Puerto Rico, piezas llamadas trigonolitos de la cultura taína de la que solo se conservan restos materiales.
Por otra parte,
en lo relativo a América Central, la llegada de Cortés supone el descubrimiento
de la cultura maya y azteca. Hasta el siglo XVIII no se crea el interés por la
cultura centroamericana con relieves de Palenque mandados al Gabinete de
Historia Natural, llevados a través de la Real Academia de Bellas Artes de
México (academia para formar a artistas americanos), junto a comisiones
especializadas en recoger las antigüedades. Así, en el siglo XVIII existen
expediciones científicas (con especial importancia de España) para medir el
ecuador y el meridiano lo que aporta objetos naturales y de museos de ciencias
naturales contando con mapas en los que se plasman expediciones como la de
Malaespina.
Asimismo, debemos
destacar la expedición de Cook, la base para conocer y descubrir Australia
antes que los americanos. Las últimas teorías de los especialistas apuntan a que
las expediciones se realizaban por territorio español con afán comercial y científico
aprovechando la remodelación de la flota española con barcos novedosos bajo la
autoridad del Marqués de la Ensenada.
Teniendo en
cuenta estos precedentes, comentaremos ahora la creación de las Wunderkammer a finales
del siglo XVI como la creación de un microcosmos con un intento de clasificar
elementos de la naturaleza donde el poseedor quiere reunir elementos de
ciencias naturales, arte, arqueología…. Así pues, las Wunderkammer responden a
un deseo científico de los siglos XVI y XVII, producto de los viajes y el
interés por el descubrimiento.
Las Wunderkammer
tenían dos estructuras. Por un lado, objetos naturales como elementos marinos,
vegetales, animales disecados (mamíferos, aves, peces…), fósiles, minerales… Y,
por otro lado, contenían elementos artificiales como monedas, objetos arqueológicos,
figuras de bronce, máscaras teatrales, armas…
Junto a estos
objetos, en las wunderkammer, se encontraban también una serie de libros
relativos a los conocimientos expuestos. En este sentido es importante la disposición
de los libros con el canto hacia el interior de la estantería para protegerlos
con mayor eficacia. Asimismo, destaca también la cuestión de los armarios en
los que al abrir la puerta hay estantes para clasificar y consultar los
objetos. No existe una distribución concreta sino que los objetos, en gran
medida, se encuentran ordenados de forma relativamente aleatoria. En los techos
de estas wunderkammer, con una sensación de horror vacui, encontramos también
elementos naturales como cocodrilos, tiburones, peces, armadillos, osos polares…
o diferentes elementos de la antropología como vestimentas o incluso barcos
esquimales.
Rittrato del Museo de Ferrante Imperato |
En este sentido
destacamos a Ferrante Imperato y el Gabinete de Historia Natural que supone la recopilación
de elementos de la naturaleza, la mayoría de ellos del norte de Europa. También
son relevantes las Wunderkammer del Museo Caspiano, el Museo Calceolariaum (con
grandes esculturas) y el Museo Wormianum (con arcos y flechas procedentes de
las tribus indígenas). Ahora bien, la wunderkammer por excelencia es la de
Rodolfo II que también tiene obras de arte además de todos los elementos vistos
anteriormente.
Finalmente, entre
los Gabinetes de Historia Natural prestaremos especial atención al creado por
Carlos III con la idea de tener un museo con elementos de la naturaleza para lo
cual el monarca pidió información sobre las piezas que llegaban procedentes de
otros lugares, guardados en su origen en la Real Academia de Bellas Artes de
San Fernando. Debido a la petición de piezas, se recopilaros una serie de
dibujos de animales y plantas y objetos relacionados con la antropología como
estatuas, animales disecados, minerales, maderas, corales, conchas… En los
Gabinetes de Historia Natural encontramos el recuerdo de las wunderkammer que queda
reservado para los armarios y bandejas utilizadas para colocar las piezas junto
a las estanterías plagadas de libros que sirven como elemento divisorio entre
estancias.
María Álvarez Gómez
9 abril 2014
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