jueves, 18 de febrero de 2016

PIEZA DE LA SEMANA

FÍBULA DE ORO ETRUSCA.
 TUMBA REGOLINI-GALASSI. CERVETERI.
(Fig. 1) https://www. oronoz.com


Iniciamos esta nueva sección sobre la imagen de la semana en relación con los artículos, ya publicados, referentes a la arqueología y el coleccionismo. 

La pieza escogida en esta ocasión es una fíbula realizada en oro (Fig. 1), perteneciente al periodo orientalizante etrusco, encontrada en la tumba principesca Regolini-Galassi (Fig.2), en Cerveteri (Italia). 
(Fig. 2) http://mv.vatican.va/4_ES/pages/MV_Home.html
Con el fin de ubicarnos históricamente y de comprender la importancia de esta obra, destacaremos varios aspectos determinantes, pues la pieza está datada en una de las etapas más antiguas de nuestra historia: el Periodo Orientalizante Etrusco, conocido también como Periodo de las Tumbas Principescas (siglo VII a.C.).
El motivo para que los historiadores hayan utilizado esta denominación es debido a los monumentos y piezas encontradas: las tumbas principescas (pertenecientes a lucumones o príncipes etruscos) y los ajuares procedentes de ellas. Por una parte, es necesario destacar la importancia de estas tumbas como elementos constructivos: marcan un hito en la evolución cultural pues influyen en la clasificación histórica-artística, caracterizando este periodo como un tránsito entre la cultura villanoviana 2 (siglo VIII a.C.) y la etrusca (siglo VII a.C.). Por otra parte, en cuanto a los ajuares, es del mismo modo relevante señalar que, arqueológicamente, nos ayudan a datar los yacimientos en los que se encuentran. 
En cuanto a la pieza en sí misma, y para una mejor comprensión de esta temática, es preciso conocer la función de las fíbulas en el periodo de las tumbas principescas. En su origen, estas fíbulas eran simples broches como elemento de sujeción para la vestimenta. Sin embargo, progresivamente se fueron convirtiendo en objetos ornamentados muy valorados realizados en nobles materiales como la plata y el oro.
Ejemplo de ello es la pieza que nos ocupa, caracterizada por sus grandes dimensiones (en relación con su función), el material utilizado y la importancia de la ornamentación, aspectos de los que nos ocuparemos a continuación. 
(Fig. 1) https://www. oronoz.com
Por tanto, el primer aspecto a tratar es el tamaño de la fíbula, lo que tenemos que relacionar inevitablemente con la doble función que este tipo de piezas podían tener asumiendo como premisa que su cualidad principal era reflejar la elevada situación social de su propietario. Por una parte, el hecho de haber encontrado tantas fíbulas en los enterramientos hace pensar en una posible función funeraria como elementos que se ponían sobre los cadáveres, acción que se corresponde con el ritual etrusco llevado a cabo en las tumbas. Por otra parte, se tiene constancia de que las fíbulas eran utilizadas en vida de sus propietarios como adornos que reflejaban su poderío. Ahora bien, en este caso y debido a las dimensiones de la pieza, lo más probable es que se utilizase como elemento funerario ya que resulta difícil pensar que el propietario de la fíbula pudiese realizar sus actividades diarias con ella. Debido a ello, es necesario destacar las tres partes principales de la pieza que coinciden, en cierto modo, con la disposición de un cuerpo yacente: la parte superior, de mayor tamaño, ocuparía el torso; la central, con dos franjas, cubriría la cintura y la franja inferior, con forma oval, quedaría a la altura de las piernas.
En cuanto al material, la fíbula está por completo realiza en oro, lo que corrobora la alta posición social de los propietarios de la tumba Regolini-Galassi. Asimismo, el hecho de que la pieza esté realizada en dicho material nos puede servir para relacionarlo con el ajuar de la tumba pues junto a esta obra se han encontrado objetos igualmente de oro como un pectoral de grandes dimensiones y unos pendientes ornamentados con figuras realistas y decoraciones geométricas. 
El último de los aspectos a tratar está en relación con la importancia de la ornamentación. Es por tanto momento de recordar los aspectos abordados anteriormente sobre las diferentes partes que configuran esta pieza en base a su función, sin embargo, ahora aludiremos a ellas para comentar su decoración. Estas tres zonas, bien diferenciadas entre sí, se caracterizan por unos elementos propios. En la parte superior de la pieza se encuentran distintos tipos de representaciones: dos bandas ovaladas concéntricas decoradas con motivos geométrico-vegetales y un conjunto de cinco animales con apariencia de felinos en lo que podríamos denominar bajo relieve. A continuación, en la parte central, destacamos las dos franjas con decoraciones entrelazadas lo que refleja la minucionisdad del autor de la obra. Finalmente, en la parte inferior, decenas de representaciones realistas de animales en bulto redondo con una disposición vertical y ascendente corroboran la admirable labor del artista.
Concluimos así nuestro acercamiento a la cultura etrusca esperando haber acercado al lector a este periodo histórico-artístico tan lejano en el tiempo pero tan representativo de los orígenes de nuestra cultura occidental. 



BIBLIOGRAFÍA

BECATTI, C., La época clásica, Madrid, Edaf.
ELVIRA BARBA, M. Á., Arte clásico, Madrid, Historia 16, 1996.
ELVIRA BARBA, M. Á., Etruria y Roma republicana, Madrid, Historia 16.



María Álvarez Gómez
18 febrero 2016






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