lunes, 15 de febrero de 2016

Mujeres en Roma



La reciente visita al Museo Arqueológico Nacional me ha animado a conocer algo más del mundo clásico donde se encuentran gran parte de nuestras raíces culturales. Siempre he lamentado no tener una mayor y mejor formación en esta materia, que, en mi caso, no va más allá de lo aprendido y rápidamente olvidado en los años de Bachillerato y en alguna lectura puntual posterior. Es un déficit que comparto y esto no es consuelo con otros muchos españoles de mi generación que “de los romanos” solo sabemos los nombres de algunos emperadores y lo que nos ha contado Hollywood en sus películas.
Mujeres de Roma”, es una exposición organizada por Caixa Fórum en colaboración con el Museo del Louvre en la que se trata la representación de la mujer en las villas romanas. La mujer romana, era considerada inferior según las leyes y permanecía siempre como una menor sujeta a la autoridad del padre y cuando contraía matrimonio del marido. Vivía apartada de la vida cívica, reducida a un papel subalterno, como esposa y madre. De esto algo yo sabía por mis estudios de Derecho Romano (en 1º de carrera) así como de su proyección en nuestros derechos nacionales (por lo que se refiere a España, la situación de inferioridad de la mujer con respecto al varón llega hasta mediados del siglo XX).
La exposición está dividida en espacios que recrean los distintos contextos en los que se desarrolla la imagen de la mujer romana así como los conceptos y figuras asociadas a su representación. Son un total de 178 piezas procedentes de las "colecciones del Museo del Louvre", algunas restauradas para la ocasión y que se corresponden cronológicamente con los siglos I a.C. y I-II y III d. C.
Vamos con la primera sala, en el hogar romano, eran representaciones de ancestros femeninos que protegían y presidian la casa. En la plaza pública eran familiares del emperador o mujeres sobresalientes como benefactoras, sacerdotisas o participantes en ceremonias públicas. 
La segunda sala está dedicada a la representación de la mujer romana como esposa y madre.
La sala III versa sobre la mujer y lo sagrado. En las casas romanas eran frecuentes las imágenes de diosas del panteón sagrado: Ceres, Juno, Minerva, Diana o Venus.
La sala IV está dedicada a las fuerzas de la Naturaleza. La representación de la mujer se encontraba vinculada con la fatalidad, la prosperidad o los ciclos en virtud de la fuerza natural de ella dimanante.   


                   
 
La sala V está dedicada a la seducción física y presidida por el grupo de Las tres Gracias (siglo II d.C.) que exhiben ante el espectador la perfección de sus cuerpos. También las musas, que eran nueve: Clío (historia), Talía (comedia), Melpómene (tragedia), Erato (poesía lírica o amatoria), Terpsícore (danza), Polimnia (himnos), Urania (astronomía), Calíope (poesía épica) y Euterpe (música). Las musas eran conducidas por Apolo Musageta, jefe de las musas.
La sala VI está dedicada a los distintos rostros de Venus, diosa muy venerada en Roma y que debía tener muchos otros rostros con los que aparece en estatuas, Venus y Eros (siglo III d.C.), estatuillas, como la de una Venus Anadiomena (saliendo de las aguas), paneles de mosaico, uno con el juicio de Paris.
La sala VII se dedica al mundo dionisíaco. El culto de Dionisos (el Baco romano) lo celebraban principalmente mujeres (las bacantes o ménades) por la noche y en las montañas.
La sala VIII. Mujeres y monstruos, con una sorprendente escultura de Hermafrodito (siglo II d.C.)  y un relieve que me parece muy bello de la Gorgona.
Y la última sala, sobre visiones moderna de la mujer romana, con una pieza excepcional, la escultura de la musa Polimnia, copia romana de un original griego reconstruida en el siglo XVIII por el artista italiano Agostino Penna.
En la exposición no se puede hacer fotografías (la que se acompaña está tomada de Google); por eso, al redactar esta entrada me he fiado de mi memoria, que ya va flaqueando, y de las notas tomadas en mi libreta.

Andrés Molina López
15 febrero 2016

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