VISITA AL MUSEO CERRALBO
Fachada del Museo Cerralbo |
El Museo Cerralbo es un magnífico ejemplo de los
palacios-museos o casas históricas. Fue concebido con una doble función, como
vivienda y como museo, aspectos que hacen que sea una muestra del estilo de
vida de la aristocracia madrileña de finales del siglo XIX y principios del
siglo XX.
El fundador del museo es don Enrique de Aguilera y
Gamboa (1845-1922), XVII marqués de Cerralbo, aristócrata que destacó por su
labor en la política (defensor del Carlismo en España), en la arqueología
(participando directamente en diversos yacimientos) y el coleccionismo (la
casa-museo contiene infinidad de obras de arte de multitud de tipologías). En
1922, tras la muerte del Marqués, el museo pasó a formar parte de los Museos
Nacionales y desde entonces, el palacio se conserva con la ambientación
original, motivo por lo que obtuvo una medalla de los Premios Europa Nostra en
el año 2008.
La visita del conjunto comienza en el Gran Portal donde
se encuentra la Escalera de Honor con acceso a las estancias de verano y de
invierno. Esta escalinata destaca por la balaustrada, la barandilla en hierro
forjado y los peldaños de mármol en cuyas paredes se encuentra el escudo de
armas del marqués de Cerralbo (con los emblemas de los Pacheco y de la familia
de su esposa).
Escalera de Honor |
El ala de verano está ubicada en el piso entresuelo
del palacio donde se encuentran las habitaciones privadas de los marqueses de
Cerralbo y sus hijos, estancias por tanto de uso doméstico.
El recorrido museográfico nos conduce al denominado
Recibimiento de verano y a una galería con acceso al jardín y a las estancias
de esta zona: el pasillo-corredor, el Salón Rojo, el Salón Amarillo, el Salón
Rosa y el Dormitorio del marqués de Cerralbo (contiene muebles del estilo
imperio y cuadros con retratos de los linajes). En los tres salones encontramos
el despacho del marqués, el gabinete de verano de la marquesa y un comedor para
la época estival con acceso a ambas salas y decoración de entelado. Estas
estancias están profusamente ornamentadas con estatuas de diversos personajes,
fotos familiares, mobiliario del estilo imperio y jarrones de estilo chinesco
pues estas eran zonas de reuniones de los marqueses, incluso se conservan los
teléfonos y los relojes de diversas manufacturas como la fábrica de la Granja. Finalmente,
concluyendo con esta parte del recorrido, destacaremos el pasillo-corredor ya
que es un clarísimo ejemplo de la ideología política del marqués como seguidor
y defensor del Carlismo, muestra de ello es un cuadro con el lema carlista
“Dios, Patria y Rey”.
Salón Estufa |
Continuamos nuestra visita por el ala de invierno,
situada en el piso principal del museo. El recorrido nos conduce a la sala de
la Armería donde encontramos una ambientación propia del coleccionismo
compulsivo con más de cuatrocientas piezas (panoplias, armas y armaduras).
Desde la sala de la Armería se accede a la Sala Árabe con objetos procedentes
de Japón, Filipinas, Marruecos o Nueva Zelanda. Finalmente, esta zona termina
en el Salón Estufa, una sala con una colección de obras de arte más
especializada en la arqueología donde hay multitud de piezas interesantes: martillos
de minero (utilizados por el propio marqués en los yacimientos), vasos
campaniformes, vasos de cerámica griegos, ánforas romanas, fíbulas, espadas
celtibéricas…
Nuestra visita continua atravesando el llamado
Pasillo de Dibujos donde, como su propio nombre indica, contiene dibujos
originales (realizados por artistas italianos, franceses y españoles) y copias
de obras clásicas. Antiguamente, este pasillo estaba comunicado (a través de la
escalera interior) con la cocina del sótano por lo que el pasillo también tiene
acceso al Comedor de la Gala, precedido por tres antesalas. La primera de ellas
es la Sala de Columnitas que contiene esculturas de piedra y bronce y una gran
cantidad de pequeñas columnas a imitación del estilo clásico romano. A
continuación, el Salón Vestuario destaca por la colección de espadas y por la
banda superior de las paredes con un cuadro a imitación de la obra de Mantegna
en Mantua con personajes que parecen estar contemplando la actividad del
marqués. Finalmente, la última de las antesalas es la Salita Imperio decorada
al estilo napoleónico.
Comedor de la Gala |
Continuamos por el Comedor de la Gala, decorado con
abundante pintura naturalista, bodegones y floreros, todo ello en torno a la
mesa central de grandes dimensiones. A través de este comedor se accede al
Salón Billar y al Salón Chaflán con pinturas costumbristas en las propias
paredes donde podemos apreciar la influencia del arte barroco en los
trampantojos. Este salón se comunica tanto con un corredor como con el
Despacho, lugar para la recepción de los visitantes del marqués con diferentes
muebles de estilo imperio y una imponente chimenea. Tanto desde el corredor
como desde el despacho podemos visitar la Biblioteca con una perfecta catalogación
de todo el material en dos plantas, todo ello en base a la función doctrinal de
esta estancia; aquí encontramos una amplia colección, desde sellos y medallas
hasta la propia Biblioteca histórica con más de diez mil obras (arqueología,
historia, manuscritos, numismática, literatura, política…).
Salón de Baile |
Finalmente, nuestro recorrido concluye atravesando
el corredor para llegar al Salón de Baile al que se puede acceder desde estas
galerías o desde la propia Escalera de Honor por la que hemos ascendido
anteriormente. En el Salón de Baile debemos destacar, por una parte, la tribuna
de los músicos en un nivel superior y, por otra parte, en las paredes de la
sala, la gran presencia de los espejos venecianos que otorgan profundidad a la
estancia, combinados con sedeas, mármoles y estucos.
Jardín del Museo Cerralbo |
Una vez hemos recorrido tanto el piso entresuelo
como el piso principal concluimos nuestra visita en el Jardín donde encontramos
una recreación del tipo de jardín arqueológico en el Renacimiento (decoración
de copias escultóricas) como centro de la vida cultural y social del marqués (lugar
de reunión y tertulia). Por ello, en el jardín encontramos un quiosco de música
y un edificio anejo donde el marqués guardaba piezas arqueológicas junto a una
biblioteca de apoyo donde se conserva la correspondencia de cartas, gracias a
lo cual podemos reconstruir la historia de la arqueología y del arte como la
creación de las primeras cátedras de historia del arte.
María Álvarez Gómez
5 marzo 2016
El Mueso Cerralbo es una pequeña maravilla dentro del panorama de los museos madrileños. Esta visita es totalmente recomendable; gracias a esta entrada, su difusión crece un poco más.
ResponderEliminarDarío Ferreiro