martes, 3 de mayo de 2016

Coleccion de Tapices del Patrimonio Nacional de España



Alrededor de hace tres semanas realizamos una visita a la Real Fábrica de Tapices de Santa Bárbara, ubicada en Madrid, donde nos explicaron las diversas técnicas de cómo se confeccionan los Tapices, las Alfombras y los Reposteros y otros conceptos que guardan una relación directa con los mismos, entre otros: variedad de nudos de lanas, hundimbre, yute, estarcedo, cartones, canillas, mezcla de colores, restauración…

La colección de tapices del Patrimonio Nacional alcanza 3000 piezas, cifra que reúne la colección real, compuesta por tapices flamencos atesorados por la casa de Habsburgo y tapices españoles fabricados para los monarcas de la Casa de Borbón; las colecciones conservadas en los Patronatos Reales de Las Huelgas de Burgos, las Descalzas Reales de Madrid y Doncellas Nobles de Toledo; así como los tapices tejidos en el siglo XX para el Patrimonio Nacional y el Valle de los Caídos.

 
Tapiz: La Acedía. Serie de “Los Pecados Capitales”. Diseño de Pieter Coecke van Aelst, ca. 1533/34. Manufactura de Willem de Pannemaker, Bruselas, ca. 1548/49. Lana, seda, metal; 456 x 708 cm. Kunsthistorisches Museum, Kunstkammer © KHM-Museumsverband

La colección real española, considerada desde el siglo XIX la más representativa en Europa de la producción flamenca, reúne más de quinientos paños procedentes de las manufacturas de Bruselas, Brujas y Amberes, aunque también atesora ejemplares de las manufacturas de París y Beauvais, la Arazzeria Florentina y la manufactura romana del Hospital de San Miguel.
El papel desempeñado por los tapices en la decoración como arte cortesano les concedió desde la Edad Media un lugar preponderante en las ceremonias y celebraciones públicas de acuerdo con la etiqueta real, perdurando hasta nuestros días. Además, los monarcas españoles consideraron los tapices como alhajas representativas de la autoridad real. Las adquisiciones efectuadas por Isabel la Católica y, en especial, el mecenazgo de Juana I de Castilla, Carlos V y Felipe II acrecentaron la colección con obras maestras como Los Paños de Oro, Los Honores, La Conquista de Túnez y El Apocalipsis. Sucesivas herencias y encargos directos enriquecieron progresivamente la Real Tapicería, cuya unidad se mantuvo gracias a las disposiciones testamentarias establecidas por Felipe II, que la vincularon a la Corona.

 

Tapiz: “Apocalipsis”, se encuentra en el Castillo de Angers, en Francia, tiene 103 metros de largo, 4,5 m. de altura y consta de 70 cuadros. La obra está basada en el texto bíblico del Apocalipsis (último libro de La Biblia) escrito por San Juan en el siglo I en la isla de Patmos después de la muerte de Jesús, aunque contiene muchas otras aportaciones de los autores que retratan de manera excepcional el momento político y social que se vive a finales del siglo XIV. El Tapiz fue terminado en 1382

Los tapices renacentistas de los reinados de Carlos V y Felipe II son los de mayores dimensiones, con alturas superiores a los cinco metros y longitudes que superan los diez metros. Estas series monumentales basadas en asuntos históricos y alegóricos, fueron concebidas como espejos de príncipes y crónicas de sus conquistas. Para ello se apoyaban en extensos programas iconográficos redactados por humanistas, historiadores y pintores de corte. Las tapicerías vinculadas a los reinados de Felipe III y Felipe IV, y al gobierno de los archiduques de los Países Bajos, Alberto de Austria (1559-1621) e Isabel Clara Eugenia (1566-1633), fueron difusoras de las grandes alegorías barrocas de la Contrarreforma, como el Triunfo de la Eucaristía de las Descalzas Reales, donde se manifiesta el cambio de gusto y la introducción de nuevas técnicas vinculadas a la labor de Pieter Paul Rubens como maestro cartonista.



















Tapiz: La serie “La Conquista de Túnez”, compuesta por doce monumentales paños, fue el mayor encargo de tapicería realizado por los Habsburgo. Los enormes tapices que componían la serie glorificaban las victorias de Carlos V sobre los moros y turcos acontecidas en La Goleta y Túnez en 1535. La serie fue muy usada por los reyes de España y Felipe V, en 1731, ordenó a la Real Fábrica de Tapices de Santa Bárbara de Madrid que se tejiese una réplica menos rica, en seda y lana, para conservar los tapices originales de Carlos V, que contaban con hilos de oro y plata. Esta réplica de la serie se terminó de tejer en 1744 y actualmente se exhiben dos paños en el Palacio Real de Madrid.
El segundo gran bloque numérico, equiparable a la grandiosa colección flamenca, es el formado por los más de ochocientos paños de producción propiamente española. Los tapices tejidos en la Real Fábrica de Tapices de Madrid, fundada por Felipe V en 1719, se destinaron a las decoraciones de los apartamentos reales en el Palacio Real de Madrid y a los Palacios de jornada de la Granja de San Ildefonso, Aranjuez, El Escorial y El Pardo. Colección a la que se suman las alfombras tapiz, encargadas por Carlos III, Carlos IV y Fernando VII para cubrir los suelos de mármoles de las Casas de Campo de Aranjuez, El Pardo y El Escorial. La labor continuada de Francisco de Goya como cartonista, desde 1775 hasta 1792, realzó la contribución de la Real Fábrica de Tapices de Madrid frente al resto de las manufacturas europeas del siglo XVIII.

Bibliografía
Junquera de Vega, P. y Herrero Carretero, C., Catalogo de Tapices del Patrimonio Nacional, Vol. I, siglo XVI, Madrid, Patrimonio Nacional, 1986
Herrero Carretero, C., Tapices y armaduras del Renacimiento, Madrid y Barcelona, 1992
Checa, Fernando., Tesoros de la Corona de España en el Siglo de Oro, Fonds Mercator, 2013


Andrés Molina López

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